miércoles, 14 de julio de 2010

DESPEDIDA

María, te corrieron de tu casa y de tu sangre.

Ya no escucharás el canto de los grillos en el jardín nocturno

ni olerás la dulzura del aire de tu barrio.

No probarás más el pan de levadura de la nana Celia

ni te mecerás en la silla del patio trasero,

tampoco disfrutarás de los libros de tu padre.

Dejas unos cajones llenos de ropas útiles

y el tarro que usabas para calentar el te y la leche.

Afuera en el patio ya no recogerás las piñas,

y el pino, que defendiste con tu vida,

será convertido en leños a los que les negarán el fuego.

María, te echaron un viernes sin importar que fuera santo,

te aventaron sin tu bolso a la banqueta;

de golpe se cerró la puerta y

al subir al camión quedó herido el recuerdo.

María, ya te olvidaron, busca un nuevo jardín,

otros amores, otra casa, otro aire.

Al menos un naranjo con flores de futuro

3 comentarios:

  1. Wow!!! qué poema tan fuerte, pero es muy bueno, muy bueno.

    ResponderEliminar
  2. Gracias por tu comentario....estoy probando a responder al mismo..

    ResponderEliminar
  3. María Elena: me dejaste impactada, es muy fuerte, muy triste, pero muy muy bueno,,,,,,,
    Ojalá en adelante pueda ver que en tus versos sale la luz del sol en otro ambiente
    Con Cariño
    Alejandra

    ResponderEliminar