miércoles, 28 de noviembre de 2012

FUERA DE LA RED

Querido M...
      Por fin me atrevo a escribirte una carta que enviaré por correo postal . Como no la esperas sé que te inquietará y tal vez la abrirás a escondidas porque es evidencia de nuestro secreto. ¡Me gustaría ver tu cara en ese momento!

Hacerlo en papel, siendo tan vieja costumbre, me parece novedosa. Espero que esto no destruya esta relación intangible que se alimenta de imágenes y ausencia.
Si nos viéramos ¿Sería un desengaño?... ¡quién lo puede saber!  Pase lo que pase prefiero curarme de esta lejanía. Tal vez temas, como yo, que el vernos sea tan terrenal que lo abominemos como ajeno.
     Eres deseo que me obsesiona, que me hace quererte tanto y de tal modo que ya no soy la que he sido. Tengo ganas de tus manos en mi cuerpo, de ti obediente a lo que dicte el deseo. Cuando leo tus mail's pierdo la cordura, me siento envuelta en una vehemencia desconocida imaginando que hacemos lo que escribes y sabemos prohibido.
Te pido que seamos algo más que mensajes virtuales aunque, te confieso,  tampoco quisiera un hombre junto al que me vea cuidando los domingos... o los perros... o la tibia conformidad de no estar sola.
Deseo que seamos carne, no retórica; vivir sin limites nuestra pasión y juntos iluminar la noche. Basta de este afecto en las virtuales sombras, de este juego clandestino.  Una parte de mí desea que ella se entere de nosotros y de nuestro amor mal mantenido para que te pregunte quien soy y porqué dices amarme; que te cuestione de dónde sale este sentimiento si nunca nos hemos visto. ¿Cómo le explicarás que este amor intangible es más fuerte que todas las realidades a su lado?
Si no quieres ser más que letras, me despido. No más a nuestros encuentros en el ciberespacio… ni en ningún otro. Bórrame de tu lista de contactos porque aparte de lo virtual, nada tenemos. Pero si aceptas, tal vez una noche es suficiente para saber si lo nuestro es verdad o sólo un espejismo contundente fabricado con palabras.

Tuya…cuando estés fuera de la red.

                                            C

POR LA NADA COMIDOS




No todo es gris en una tumba:
hay color de flores y perfume.
Las lágrimas saladas son a veces dulces
y eso es bueno para los que se quedan.

¿Dónde podríamos llorarnos con más libertad
que en los entierros?

Frágil es la paz, se desvanece ante cada nueva muerte.
Transitamos entre ausencia y ausencia
viviendo hacia la muerte, muriendo hacia el recuerdo


Dicen que los vivos andamos como muertos
y que los muertos son vivos eternos.
Eso dicen. De los segundos no estoy segura.

Los primeros aquí estamos. Avergonzados
-y a veces dichosos- de estar frente a ellos
que se han convertido en nada.
Por la nada comidos, comidos por la muerte.

Los que vivimos


arrastramos este destino de existir



queriendo olvidar en lo posible


La vida nos impele a seguir vivos,
mientras rogamos a la muerte olvido,
nada más podemos hacer,
sólo eso.