Va el trencito de Santiago hacia Parral, y es un tren contento,
Porque su pitido –que es constante- es como si alguien fuera soplando un instrumento;
casi parece que va a iniciar una melodía sinfónica sin autor o ¿quién lo sabe...?
una de esas obras clásicas, en donde predominan los sonidos de metales.
Alegre el tren, bello el paisaje: al fondo la Cordillera tan cercana, nieve...luego vides, parrales, álamos, poblados, carreteras, caminos, puentes,…luego árido… y de nuevo álamos, verde, nieve, vides, campos y parrales…
...y el trencito cantando, tocando su clarín y su trompeta
en cada cruce se anuncia soplando sus metales.
Vamos a Parral, estoy contenta. Ya pasó lo peor, lo más difícil:
la operación y la inicial convalecencia.
Mas que contenta estoy dichosa,
Sigue pitando el tren, y yo, en silencio, voy cantando.
Quiero llegar a Parral y seguir...
caminando en el campo,
gozando las estrellas,
abrazarte de nuevo y simplemente vivir.
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