poema de Rainer Maria Rilke
Caen
las hojas, caen desde lejos,
como
muriendo en parques de los cielos,
caen
con ademán de negación.
Y cae en las noches la pesada tierra,
desde
los astros a la soledad.
Todos caemos.
Esa mano cae.
Y
mira a los demás: igual en todos.
Pero hay Alguien que acoge esta caída,
con suavidad inmensa entre sus manos.
Pero hay Alguien que acoge esta caída,
con suavidad inmensa entre sus manos.
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