martes, 7 de diciembre de 2010

TARDE DE ESPERA, CAFE Y LIBROS.

  ...el café sabe a hierba....picante, recién cortada.La tarde de verano, no quiere morir.     La luna, la que de niña creí que salía sólo de noche, está en creciente y son las seis. ¿Qué le pasa al mundo que parece del revés? Hay tres personas en el café esta tarde: un hombre que no sé si espera  o sólo encontró este rincón agradable sin nada que esperar; y una pareja ¿amigos o novios? Juntas sus cabezas leen un libro que imagino de amor, ¡no! ...ahora veo el título, se titula "Hitler" quizá es una tarea escolar y el horror se convertirá en una ficha bibliográfica.             En fin son las seis, la tarde alunada huele a café, a tarea escolar y a esperanza.   Como siempre no pertenezco a nada ni a nadie, excepto a mí.             Sola como tantas veces…. Hago tiempo y me vivo en la espera que me permite comprobar qué cierta es la relatividad del tiempo: todo está en ralentí, la luna, la tarde, el mundo…hasta la melodía en el altavoz suena con un ritmo diferente,...a ralentí.  También las emociones se aletargan en esta tarde sin fin y las sombras se alargan, a diferencia de este octubre que avanza irrevocable.

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